domingo, 20 de octubre de 2013

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  En esta entrada os informaré sobre varias cosas de mi blog. Voy a borrar todas las entradas que escribí antes de empezar con el proyecto "Diario de una ex suicida", ya que es pasado y quiero borrarlo por completo.
  Otra de las cosas de las que os quiero informar es que voy a facilitaros la lectura a ciertas cosas. Si queréis leer las entradas en las que os cuento experiencias personales o opiniones sobre algunas cosas, os pondré un acceso directo "Show and tell". Y si queréis  leer las historias que escribo, también tendréis un acceso directo "Hide and seek".
  Por último, me gustaría saber vuestra opinión sobre un nuevo proyecto que tengo en mente. Mi intención es seguir escribiendo sobre una historia corta que subí en una entrada al blog, "Walking with strangers". Aquí tenéis el link de la entrada; http://wearethesamedisease.blogspot.com.es/2013/09/12-walking-with-strangers.html . Eso sí, seguiría subiendo historias sueltas.
  Espero que os animéis a darme vuestras opiniones. Bye.

sábado, 12 de octubre de 2013

13. Broken.

  Salí temprano de casa y el cielo todavía estaba oscuro. No había ni un solo rayo de esperanza. Con mi carpeta de dibujo y un par de lápices me dirigí a la parada del autobús, que estaba cerca. Pero, no era una parada de autobús cualquiera, era la parada de las almas perdidas. Almas que desean ser salvadas.
  El autobús tardó unos pocos minutos en llegar y todos los que estábamos allí subimos a él. Me senté en el primer asiento que vi y cuando las puertas se iban a cerrar, una señora gritó que no las cerraran. Casi sin aliento, por haber ido corriendo hasta allí, preguntó cuál era el destino de ese transporte. El conductor se giró, mostrando el lado putrefacto de su cara, y bordemente le contestó que la última parada era el infierno. Ella se quedó parada y las puertas se cerraron dejándola fuera, sin habla. Estaba claro que ella se había equivocado, en el autobús de las almas perdidas no se aceptaban personas que tuvieran esperanzas y sueños. Sólo se aceptaban a aquellas personas que vivían en una pesadilla.
  El ambiente que se respiraba allí, en parte, era acogedor y bastante familiar. La desesperación, la soledad y la depresión nos envolvían con sus brazos fríos. En ese autobús había de todo; modelos esqueléticas, adolescentes acomplejados, ancianos a los que la muerte les arrebató su alma gemela... Y luego estaba yo, relatando mi viaje mientras rogaba que alguien me devolviera las ganas de vivir.